viernes, 20 de enero de 2012

Escuchando Caridad Amaro

Caridad Amaro - Chucho Valdés


Así escucho, Chucho, tu ejecución.


De manera gentil me dio la bienvenida, como descuidada; pero yo sabía que me estaba esperando. Entonces sonrió, con esa vibración de puntillas y casi en silencio. Me hizo sentar con ella y, de pronto, me sorprendió con sus carcajadas inesperadas, con sus gestos exagerados y poderosos, con esa risa que termina en llanto, con son de ternura y ron cubano. Ni siquiera se despidió.