Ya no llueve. Desde acá veo al viento que peina el agua en la vereda y, al mismo tiempo, confunde el rumbo de la corriente del Paraná. La avenida conserva su sentido sin desorientarse y a los pies de la torre, los pasos de los primeros corredores matinales marcan su propio tiempo; tal vez sea el mismo que allá en lo alto se ostenta debajo de una cansada y renunciada veleta. No hay princesas para rescatar. No hay trenes que vayan a ninguna parte. Detrás, las islas dibujan brazos que no se cansan de remar, que nunca serán iguales, como jamás serán iguales nuestras vidas luego de su experiencia. Y amanece. Me quedo en la simplicidad de la mirada, en la sencillez de la observación y en la posibilidad de que todo cuanto escriba se vuelva absolutamente estúpido.
Hay quien piensa que a la gente que escribe textos breves, no se las puede considerar escritoras; luego, ignoro el grado de envidia que lleva a tal prejuicio. Una vida corta no es menos vida si ha dejado algo que la trascienda en el tiempo. La longevidad no implica haber sido constructor de la propia historia, porque aquella no depende de ninguna decisión. Luego, es posible que todo cuanto se escriba se vuelva absolutamente estúpido.
Abriendo la ventana penetra el aire húmedo cargado de peces, barro y barrancas sumergidas: El río no escribe su historia sino quien lo experimenta.
¿Por qué cosas luchamos en la vida, por cuáles sufrimos, por qué motivos nos separamos, nos diferenciamos, nos aplazamos, nos envenenamos, nos mordemos, nos acodamos, nos enterramos, nos debatimos, nos encerramos, lloramos?
Así como esa paloma recoge pacientemente pequeñas ramas para armar su nido y bebe agua de un pequeño charco que está cerca del río; así se reúnen acciones que por amor se ejecutan. La rama de un árbol, si no construye su cuna, es demasiado amplia para contenerla; el río es demasiado enorme para no ahogarla si lo que necesita es un poco de agua y con eso le basta.
Corona conclusión:
Mujeres: Evaluemos las cosas por las cuales realmente vale la pena luchar o sufrir, lo demás dejalo pasar, y no quieras abarcarlo y tenerlo todo, porque todo lo que sobra, está de más.