En un mes que se dedica especialmente al amor, por causa de la invasión cultural de los EEUU y a la cual se adhiere con gran entusiasmo, les propongo una especie de juego de auto análisis sobre lo que sentimos respecto de esta emoción que es parte fundamental de nuestra existencia. Las tres primeras opciones son fragmentos de texto extraídos de la Biografía breve desautorizada de Epaminondas Chazarreta, libro del cual soy autora y que tiene, entre otras cosas, algunas reflexiones sobre el amor en diferentes momentos o estadíos. La última, corresponde a una de las tantas reflexiones del Ánfora Etrusca. La propuesta es acomodarlas de manera tal que sean correlativos en maduración. No hay una ley que indique con certeza cuál es la que corresponde a una relación inmadura o enfermiza, pero podemos intentar hacer un autoanálisis respecto de nosotros mismos y qué es lo que necesitamos. ¿Se animan?
A- “El amor, para muchos, es un sentimiento que despierta el egoísmo más abyecto que se procura el bienestar propio a costas del otro amado. No piensa en el otro más que en función de mantenerlo cerca a cualquier precio, inclusive, la infelicidad de la otra persona. Ese amor es absolutamente egoísta, no le importa lo que el otro sienta mientras éste esté satisfecho con su objetivo alcanzado. Ese amor no sirve más que para satisfacerse a sí mismo, creyendo, además, en lo sublime de su obra que lo soporta todo para sostenerse en su meta.”
B- “Cuando ese sublime y a la vez carnal sentimiento nos atropella como una locomotora fuera de control, nos destroza para volver a armarnos como un rompecabezas de mil piezas, nos deja dando vueltas sobre un único eje: la persona amada; cuando esto sucede, el desprendimiento de uno mismo debe ser el arte por excelencia, una virtud que permita al otro sentirse seguro y en libertad de decidir si desea ser amado de esa forma y si es capaz de amar así. Ese amor es respetuoso de sí mismo y del otro, y se basa en la autoconfianza y la reciprocidad y no en el ataque a la autoestima, las necesidades y los sentimientos heridos. Ese amor se banca la libertad de elegir del otro y se satisface en la felicidad de aquél, no solamente en la de sí mismo.”
C- “El amor es una jugarreta tendenciosa de nuestras propias debilidades, es un atentado al estado de calma, paz y sosiego que nos da la soledad cuando estamos bien con nosotros mismos; ergo, el amor no existe como sentimiento sublime, sino como una sublimación de nuestras propias carencias proyectadas en el otro”
D- "Creo que me enamoré, de ese amor consciente y asentado, del hoy, del proyecto individual no truncado. De ese amor que aporta y no quita, del que se sabe gastado de pasado y sólo quiere ser. De ese amor me enamoré. Del que sabe que todo tiene un final y sin embargo lo intenta y es feliz."