sábado, 27 de julio de 2013

Huellas

Salgo a la calle y me miro los pies. Temo haber salido descalza. A veces no sé si de verdad estoy despierta.

domingo, 21 de julio de 2013

Enajenados en Los Reartes

El invierno se destiñe en mis ojos cotidianos
pero ajena a la encomienda diaria y mezquina
me reencuentro con la fría policromía de la latencia,
del presuroso cauce que Heráclito envidiaría,
de los gigantes de apariencia estanca que ignoran a los horizontes llanos
-telón de fondo que se descuelga del cielo-
y abajo,
de los antiguos que antes los acompañaron y por despeñados siglos yacen
como rígidos miembros arrancados de los cuerpos vigilantes,
custodios del seseante curso interrumpido
por antiguas cumbres que el agua acaricia, golpea, esconde y revela.
Los destellos son de sol y de agua, de mica
de roca dispersa por vientos milenarios que arrastran y depositan; arena y polvo.

Me obligo a bajar los ojos al sendero,
quién sabe cuántos han pisado sobre otras huellas
hoy confundo estas imprimiendo las mías -palimpsesto de caminatas y embelesos-
ofende a la belleza mirar mis pasos tan humanos
porque la maravilla se queda en los resplandores de la corriente
que circula ajena a mi presencia
que hace su música con aleteos de patos y garzas que emprenden el vuelo y regresan,
que ríe con los perros que a los saltos ahuyentan a los emplumados e irrenunciables pescadores
que habla con la verdad de los frutos, hojas secas y semillas agitados en la espera
que aguarda a la primavera con trinos, chillidos y silbidos casi desnudos de cobijo verde.

Y la maravilla fue recuperar el aire y su aroma porque lo respiramos juntos,
fue entibiarnos hasta que las nubes platearon las latencias,
fue dejar cuatro huellas más, de ida y vuelta.
Recobramos los colores del canto que persiste en el paisaje y sus moradores
respetuosos del rocoso y acuático susurro, del silencio, de la noche que enciende a los astros.
Y es entonces cuando el brillo vuelve al cielo y a nuestros ojos cotidianos tan ajenos

enajenados en Los Reartes.


Los Reartes, julio del 2013

domingo, 14 de julio de 2013

Otra vez la luna

Otra vez el cielo tendió su sonrisa nocturna. La colgó como una hamaca, propicia a desvelos y desvaríos, en su balcón infinito. Tal vez sean mis sueños los que obligan su huida cuando creo que voy tras ella, o tal vez sea yo la que huyo de mis sueños, menguando esperas tras esa eterna fugitiva, millonaria de tiempo y distancia.
Y el cielo la ostenta; blanca, menguante y nómade en la esfera que percibo tan oscura.

viernes, 12 de julio de 2013

Demolición

Si del nombre del espacio inhabitado
se desprende el tuyo y cae como en gajos
no condenes al olvido y al fracaso
ese trozo de universo en el ocaso.

El silencio es de concretas ruinas torvas
los escombros ya gritaron su pasado.