jueves, 12 de julio de 2012

XX (equis, equis) Cuando no llama, no llama. Punto.

Leí por ahí una pregunta cuya respuesta está en un libro que alguna vez quizás lea, pero la pregunta es: ¿Por qué los hombres dejan de llamar?
Vaya pregunta. Es uno de los cuestionamientos que deberíamos desterrar de nuestra lista de dudas. Si no llama; no llama, y ya dejemos de pensar en el por qué, simplemente deberá dejar de existir en nuestra memoria. Nunca existió. Jamás lo vimos antes. Nunca lo conocimos. En lugar de ponernos a leer sobre qué es lo que estamos haciendo mal para que de pronto pierdan nuestro número, cargándonos de culpa siempre por ser tan idiotas, pongámonos en marcha para ser quienes somos hasta que aparezca el hombre adecuado. Siempre hay un zapato de cristal para tu piecito, pero no un príncipe que te lo ponga. ¿No llamó?, borralo de la agenda cuando pasen unos días y sepas que no se accidentó o que haya estado enfermo, aunque también podría haberte avisado, a menos que haya sido algo oprobioso como haber estado con diarreas y haya tenido cierto prurito en contarte el problema dado que todavía no tenían demasiada confianza.
En fin. A menos que en cada cita anterior le hayas hablado de tu colonoscopía, o de tu prolapso, o de la menopausia, o le hayas dicho que cada vez que menstruás te baja a chorros; si no te vuelve a llamar suena lógico y es más, lo felicito al chabón, flaca y gordi; hay otros temas aparte de las enfermedades, la mala suerte que tenés para conseguir un novio, tus ex novios o maridos o tu madre. Si tus temas no fueron esos, o tal vez tampoco lo fueron los problemas que tenés con tus hijos, en el laburo, y esas cosas que nadie va a solucionar en una cita por placer; si no te vuelve a llamar es porque no quiere y porque tal vez también sea hora de decir nosotras el "te llamo" o "nos hablamos".
Con el celular encendido todo el tiempo, incluso cuando te estás bañando lo tenés pegado ahí cerca por si te llama, estás generando una energía que le indica al otro la desesperación y la angustia por la espera; créase o no, eso no te sirve. Olvidate. Dejalo que sea lo que sea o lo llamás vos para sugerirle la salida. Por ejemplo, podés decirle que estabas esperando que llamara pero como no lo hizo querés saber si tiene intenciones de salir porque querés arreglar algo vos con otra persona en el caso que él no pueda. Cosa que ha de ser cierta, mi querida congénere; así que ¡despabilate!, que no es bueno tenerle la vela a nadie porque la cera que se derrite en tus manos te termina quemando.