
Una parte de mí hubiese deseado nacer nuevamente, a esa parte ya le demostré que eso es imposible. Ahora continúa una vida transformada en vida propia, con la certeza de amar cada momento con sus acciones y actores. Desde hace un tiempo me reservo el derecho de admisión para todo y todos quienes penetren en mi mundo interior y en el que me rodea.