
Sé que es posible que haya esperado mucho o no haya esperado nada. Es posible que en la inmensidad de las horas que transcurren, cada segundo no exista como no existe la vida más allá de la nada. Es que en esta vastedad de lo corriente, temo por una ausencia infinita que me aparte de mí misma; ¿amor?, tal vez. Cada segundo, sea o no sea, acontece con una celeridad oprobiosa para mi finitud tan pronta.