sábado, 11 de agosto de 2012

Fumar puede matarte



Caminaba por la vereda soleada, disfrutando del día primaveral, torturándose con el recurrente pensamiento “Debo dejar de fumar” cada vez que tenía que respirar profundo y le dolía el pecho. Pasó por la puerta de un kiosco y se dijo “Si compro cigarrillos me terminarán matando”, y continuó caminando. Tomó por el boulevard y se cruzó con un joven que estaba corriendo, ejercitándose. Pensó “No puedo correr ni tres metros sin agotarme”, escuchó una tremenda frenada, se dio vuelta y vio al saludable deportista bajo las ruedas del camión de reparto de gaseosas. El corazón se le paralizó. La gente se amontonó para ayudar a la víctima y él se cruzó al kiosco. El paquete de cigarrillos decía: Fumar es causa de muerte. Encendió uno y se arrimó al lugar del accidente para ver si podía dar una mano.