Las barrancas del Paraná, en esta humilde geografía Santafesina, me ha dado el punto visual en que el río es capaz de llevarse consigo todos aquellos pensamientos tormentosos y esquivos al análisis terapéutico. La correntada, mezcla de vida, muerte y un leve hedor, se desplaza sin pausa hacia el sur pero a mis abstracciones las lleva a la nada. Eso es lo bueno.
Desde el norte, viene de igual manera en que se va, pero trayendo en su mugre una límpida paz; vaya cosa extraña. A pesar de la creciente que atemoriza, la belleza no deja de desplegarse, quizás porque no me afecta estando aquí arriba a salvo en este sitio tan alto; pero un cartel dice: "Peligro de derrumbe". Caramba que es peligroso el punto de vista, mi lugar de observación, el sitio desde el cual me gusta a veces ver pasar las cosas que pasan. Que se lleva el río, hacia la nada.
Desde el norte, viene de igual manera en que se va, pero trayendo en su mugre una límpida paz; vaya cosa extraña. A pesar de la creciente que atemoriza, la belleza no deja de desplegarse, quizás porque no me afecta estando aquí arriba a salvo en este sitio tan alto; pero un cartel dice: "Peligro de derrumbe". Caramba que es peligroso el punto de vista, mi lugar de observación, el sitio desde el cual me gusta a veces ver pasar las cosas que pasan. Que se lleva el río, hacia la nada.