lunes, 27 de septiembre de 2010

Burocracia

¿Qué habéis pensado en medio del derrotero cotidiano de la búsqueda vana de la certeza? ¡Oh, crédulo humano, ignorado ente, ilustre para el sufragio y solamente para ello!
Habéis puesto tu anhelo en los notables depositando la esperanza de que el vasto mundo mute su status, mas has descubierto con desconcierto que todo sigue igual por estos lares.
Allende el horizonte caerás en el precipicio, como es bien sabido que todos tendemos a caer al acabársenos el suelo y, si llegáis a sobrevivir al precipitado descenso, una vez a salvo de los gigantescos monstruos que intentarán engullirte; las tortugas que sostienen al mundo pisotearán tus carnes, abundantes por cierto a causa de tu afición a la sobremesa.
Escucha, atiende mis advertencias, pues tus límites son aquellos que te imponen los endriagos, habitantes de Burocracia, esos a quienes has de temer por su apetito voraz de celulosa. ¡No te atrevas a demostrar tu raciocinio ante ellos si es inevitable tu presencia en esa comarca rígida, cerrada y laberíntica! ¡No te atrevas a simplificar las formalidades! Lo que habréis de lograr con ello será adentrarte en sus lúgubres vericuetos para la demora de tu diligencia.
Si sois persona sensata, atended a mi alegato.

Don Resigno Curado de Espanto, Barón de la Papeleta.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Tómese como se le cante, si se le canta tomarlo

Tómese esta copa,
esta copa de estilo;
como se le cante
si gusta cantar.
Tómela y divague,
hasta desorientarse;
trapisonda,
tunda al tambor
a morir.

Verdad: Dad a ver


Apertura de los ojos al propio ser.
Nada más que la verdad. Mía.
Subjetivamente sugestiva
objetivamente inexistente. Tuya.
Cualidad de la propia certeza,
percepción modelada. De ellos.
Tal vez nuestra.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Escueto y efímero




Girando, Girondo en sueños, orondo.
Girondeando, palabreando círculos; redondos.
Espiraleando también intestinales idas y vueltas
de girovocablos, vocagirondos.

martes, 14 de septiembre de 2010

Divagues




Hoy no tengo muchas ganas.
Hoy no tengo muchas.
Hoy no tengo.
Hoy no.
Hoy.
Ayer.
Ayer quería.
Ayer quería escribir.
Ayer quería escribir divagues.
Ayer quería escribir divagues jocundos.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Sutilezas de la sonrisa


Foto: Libertad, personaje de Quino


Una sonrisa fabricada no me sirve, me provoca dolor muscular, los maseteros, más específicamente. La sonrisa inventada no contagia como la risa, que es cosa muy distinta y para la cual se necesita igualmente remitirse a un recuerdo real que la alimente.
Se pueden elevar ambas comisuras de los labios, inclusive entrecerrar un poco los ojos para darle más realismo; pero no funciona por mucho tiempo más que el que el rostro lo permita sin comenzar a sentir cómo temblequean los pómulos en un esfuerzo vano y fastidioso que nadie admite como gesto auténtico.

Foto: Agus Pascual Ferreyra

Una sonrisa verdadera se distingue incluso desde la propia percepción de quien la ve, ya sea dirigida a otros o a sí mismo. Ésa es la que contagia, sin grandes ostentaciones de sonidos típicos de la risa, más bien en silencio. Pero es tan sutil su efecto que necesita de una especie de terreno propicio para prosperar en el otro que la observa. Requiere del cuatro cuarenta universal, para no desentonar.

Belleza


Belleza es lo que encuentro en cada gesto que me hace bien, en cada palabra que me anima, en cada mirada que me distingue, en cada propuesta que me hace decir sí sin dudarlo, en cada pensamiento que se descubre ante mí como reflejo de una reflexión, en cada broma que se comparte.
Es lo que me moviliza las emociones más variadas pero constructivas, me hace sentir que puedo crear y recrear, que estoy viva de verdad.
Digo bello como algo enteramente subjetivo, sin parámetros externos. Lo digo, como una necesidad de nombrarte desde mi ser interior.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Trayecto

Me preparo para salir de casa, me cuelgo de la música del móvil -Ska-P- y salgo oronda, desparramando una redonda felicidad que los demás tal vez perciban, tal vez no. Atravesar el aire con una sonrisa inexplicable, misteriosa y hasta intimidante para muchos que no comprenden, me llena de energía para realizar las actividades cotidianas. A veces se me escapa la voz, siguiendo las canciones que escucho y no me importa, porque todos sabemos lo mal que suena alguien cantando con los auriculares puestos sin escucharse.
Paso a paso, inconscientemente sigo el ritmo, lo acompaño también con la mano y miro; a mi alrededor las imágenes se suceden iguales todos los días, los pinos despojándose de finas hebras que se enredan en mis rulos, finas y quebradizas estalactitas que se van de paseo como polizones en mi hospitalaria melena.
Y sigo el trayecto, por el veredón de conocidas baldosas faltantes, ancho, interminable y fastidioso si se recorre con el ánimo marchito. Y me llevo el aire conmigo, mientras se acerca la meta y se terminan los temas que voy escuchando.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Las que fueron y ya no son

Una vez, me preguntaron si mi idea de ponerme nuevas tetas era solamente por estética y, analizando el caso, llego a la conclusión de que sí, por ex- tética fundamentalmente, porque las que fueron, si bien nunca fueron de gran porte pero sí dueñas de una justa medida y firmeza, ya no son. Sería algo así como un cambio, cosa que también usé como fundamento de mi idea, de pasar de pasas de uva o, por qué no de ciruelas pasas a pomelos rosados. Las extraño, chicas. Ahora soy sin-tética. No puedo tomarme siquiera las cosas a pecho. No seré jamás más que un buen amigo para mi pareja. Estando de pie puedo ver mi calzado y hasta mi ombligo. Los escotes son un gran signo de interrogación que pugnan por encontrar su lugar en mi mundo.
Estando recostada, liberadas ellas de sus sostenes acolchados, vanos simulacros, notorios farsantes sin sensibilidad; se expanden en un estrábico suceso informe, de dudosa existencia: ¿dónde están? ¿Qué buscan? Pequeños ojos de mirada vacilante y perdida, desorbitada. Allí estaban hace unos años, íntimamente sé que están ahí, pero muy íntimamente. Nadie más lo sabe ahora, o al menos, nadie lo nota.
Pobrecitas, de la gloria, la notoriedad y el honor de la lactancia -¡qué momento!, lo recordaré siempre no solamente como la sublime comunión con mi hija sino como la feliz poseedora de un talle de ciento veinte, literalmente una mesada- a la desdicha del anonimato. ¡Ah! Fuimos tan felices, de hecho lo somos porque las sensaciones no han cambiado -¡Gracias!- pero siento que algo falta: relleno.

La imagen es de Maitena, por supuesto.

Loas al amor con tendencias enfermizas

Tu corazón abrasa mi existencia; mis sentimientos, que sucumben a tu fuego, quedan chamuscados sin que me quede la leve esperanza de renacer como la tan nombrada Ave Fénix.

¿Por qué los sentimientos nos joden el corazón? El caso es que la frialdad debe ser parte de cada una de nuestras entregas. Dominar los impulsos es todo un arte, dejarlos fluir también; controlar los celos es una lucha constante contra el egoísmo. Dejar libre lo que se ama, es en un acto de lógica conquista de una virtud. Pero duele, y el ibuprofeno no sirve para estas cosas.
El amor, para muchos, es un sentimiento que despierta el egoísmo más abyecto que se procura el bienestar propio a costas del otro amado. No piensa en el otro más que en función de mantenerlo cerca a cualquier precio, inclusive, la infelicidad de la otra persona. Ese amor es absolutamente egoísta, no le importa lo que el otro sienta mientras éste esté satisfecho con su objetivo alcanzado. Ese amor no sirve más que para satisfacerse a sí mismo, creyendo, además, en lo sublime de su obra que lo soporta todo para sostenerse en su meta.
Cuando ese sublime y a la vez carnal sentimiento nos atropella como una locomotora fuera de control, nos destroza para volver a armarnos como un rompecabezas de mil piezas, nos deja dando vueltas sobre un único eje: la persona amada; cuando esto sucede, el desprendimiento de uno mismo debe ser el arte por excelencia, una virtud que permita al otro sentirse seguro y en libertad de decidir si desea ser amado de esa forma y si es capaz de amar así. Ese amor es respetuoso de sí mismo y del otro, y se basa en la auto confianza y el feedback y no en el ataque a la autoestima, las necesidades y los sentimientos heridos. Ese amor se banca la libertad de elegir del otro y se satisface en la felicidad de aquél, no solamente en la de sí mismo.
Hielo y fuego, ambos queman. Agua y tierra, nacer y morir. El aire, el más propicio elemento para el arte de amar.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Yo, primitiva


Yo, libre.
La jaula, vacía.
La puerta, abierta.
Los barrotes, oxidados.
Yo, primitiva.

Autonomía de los sucesos


Hay situaciones que uno planifica de una manera pero las cosas salen de otra forma; sin embargo, parece que cuando tienen que funcionar, funcionan con vida y determinación propia.

Ergo: Hagas lo que hagas saldrá de la manera en que los mismos hechos lo decidan, coincidan o no con tus planes.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Hormonas

Mis dedos sucumben a la imperiosa necesidad de tipear letras, palabras, frases, ideas que aún se apelotonan en mi cerebro como si estuviese poseso por el síndrome de los tres chiflados: quieren salir todos juntos por el mismo hueco y se quedan trabados sin poder siquiera volver a entrar. Cuando las sensaciones son muchas, cabría pensar en ordenarlas de a poco, no digo establecer categorías u orden alfabético; pero sí alguna manera de expresarlas de manera tal que no terminen pareciendo un caos de vocablos inconexos, impensados o azarosos.
Pero esta mañana de domingo me encuentra así: en un estado de bienestar con fiaca, en paz, con algunos proyectos a corto plazo, con ganas pero sin tanta euforia. En definitiva: Se acerca mi período menstrual.