domingo, 5 de septiembre de 2010

Hormonas

Mis dedos sucumben a la imperiosa necesidad de tipear letras, palabras, frases, ideas que aún se apelotonan en mi cerebro como si estuviese poseso por el síndrome de los tres chiflados: quieren salir todos juntos por el mismo hueco y se quedan trabados sin poder siquiera volver a entrar. Cuando las sensaciones son muchas, cabría pensar en ordenarlas de a poco, no digo establecer categorías u orden alfabético; pero sí alguna manera de expresarlas de manera tal que no terminen pareciendo un caos de vocablos inconexos, impensados o azarosos.
Pero esta mañana de domingo me encuentra así: en un estado de bienestar con fiaca, en paz, con algunos proyectos a corto plazo, con ganas pero sin tanta euforia. En definitiva: Se acerca mi período menstrual.