martes, 23 de febrero de 2010

Moscas

Pequeñas manchas empetroladas, histéricas, turbulentas. Vacilantes pero decididas al tornarse firmes en el detestable objetivo que apetecen: mi plácido reposo.
No parece haber motivo alguno para su esmerado empeño, nada aquí debería ser de su interés inmediato; sin embargo, vibrantes y sordas, se obstinan en alterar a Morfeo en su intento por seducirme.
¡Ah! Circundantes monstruos evasivos a mis embestidas ciegas y poco certeras, parecen huir aterradas de mis zarpas y esparcirse en el espacio; sólo para regresar triunfantes cuando mi sereno amante intenta nuevamente su conquista.