Detrás de esos ojos verdes
de antiguos secretos
casi dormidos
(sabés que no,
que no se puede descansar de
la memoria de tu sangre perdida)
se esconden otros ojos
que nunca pudiste ver,
verdes como los tuyos
verdad que pariste
verdad de otros brazos
verdad de necesidad
de ojos iguales a los tuyos
que te reclaman hoy
desde el ayer.