Aunque no quiera que esto que es tan mundo
me quite el sueño y quede y quiebre el alma
y quede en cada golpe de mi calma
me galopa, guerrero furibundo.
Será por la desidia de lo inmundo
será y aunque no quiera y quiebre calma
como el viento rendido ante la palma
vencido él, mas no el tronco fecundo.
Cuánto golpe certero y esquivado
que amorata la carne, aunque no quiera
y aunque no quiera aún sea depravado.
He querido mirar hacia otro lado
y he doblado mi cerviz cual palmera
pero nunca mi honor será quebrado.