El ombligo habló:
Soy una cicatriz que les recuerda su dependencia vital de otro, aunque sean individuos y yo sirva, solamente, para acumular pelusa.
La pelusa habló:
También prefiero estar debajo de la cama, donde se esconde el miedo. Tal vez por eso me sacan de vez en cuando.
El ombligo observó:
Nos limpian para verse mejor y oler menos feo.
La pelusa replicó:
Eso no está del todo mal. De todos modos me las arreglo para volver.